Durante la Guerra Civil española el museo del Prado corrió grave peligro de destrucción por los bombardeos. Un grupo de hombres y mujeres, la mayoría de ellos intelectuales, trasladaron las obras a Valencia y, después, a Ginebra para salvar el Patrimonio Histórico español. ¿No os parecen unos verdaderos héroes? Gracias a ellos podemos disfrutar hoy de la primera pinacoteca del mundo.